lunes, 14 de febrero de 2011

Actualidad y bullying

He encontrado un artículo interesante en un diario nacional que es relativamente reciente:

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2010/05/05/psiquiatriainfantil/1273075065.html

MAYOR RIESGO DE ACOSO

Niños obesos, víctimas de 'bullying'

  • El 25% de los pequeños reconoce que sufre acoso escolar
  • Según las madres, este porcentaje asciende al 45%

LAURA TARDÓN
MADRID.- No importa si es niña o niño, ni su raza ni su condición económica. Tampoco si saca mejores o peores notas. Basta con que el pequeño sea obeso para que tenga mayor riesgo de sufrir acoso en la escuela. Así lo confirma un estudio publicado en 'Pediatrics'.

(Foto: El Mundo)
Estudios previos también han asociado la obesidad y el 'bullying' en los niños. Sin embargo, no han valorado la influencia de otros factores como el estatus socioeconómico, la raza y el éxito académico. "Este es el primer trabajo que lo hace y además es el único que determina las edades en las que existe más acoso, concretamente entre los ocho y nueve años", afirma Julie Lumeng, principal autora de la investigación y profesora del departamento de Pediatría de la Universidad de Michigan (Estados Unidos).

"En estas edades, los niños se fijan mucho en el aspecto externo para elaborar un concepto de los demás. Los alumnos que ejercen este acoso escolar se sirven de cualquier rasgo físico destacado para convertir a alguien en objeto de burla: porque lleve gafas, por cuestiones raciales, por obesidad...", explica Valentín Martínez-Otero, doctor en Psicología y Pedagogía de la Universidad Complutense de Madrid.

Con el objetivo de asociar la obesidad y el acoso escolar, dos de los problemas con mayor relevancia en estas edades, los investigadores han analizado a un total de 821 niños entre ocho y 11 años. El 17% de ellos tenía obesidad, el 15% sobrepeso, el 50% eran niños y el 81% de raza blanca. En todos ellos, el grupo de expertos evaluó la relación entre el peso de los jóvenes, los factores mencionados anteriormente y sus probabilidades de ser el objeto de abusos y amenzas por parte de otros alumnos.

Para ello, tanto las madres como los profesores y los propios niños respondían a los cuestionarios facilitados para el estudio. Según se extrae del estudio, el 25% de los pequeños reconocía su situación de acoso escolar. Según sus profesores, el porcentaje ascendía al 34% y atendiendo a la información facilitada por las madres, las víctimas de bullying constituían el 45%.

Como confirma Martínez-Otero, "muchas veces, estos procesos se atienen a la ley del silencio. Los propios alumnos acosados no cuentan lo que les sucede. Suelen ser personas cercanas, normalmente los padres o los profesores, quienes lo detectan. Existen indicadores externos (hematomas) o pistas como cambios de conducta repentinos (mutismo, peor rendimiento académico)".

Estos porcentajes de afectación apenas variaban cuando se tenían en cuenta el resto de los factores analizados. "Ser obeso, por sí solo, incrementa el riesgo de ser víctima de acoso escolar", concluyen los autores. "Esperamos que estos resultados sean útiles para identificar a los niños más susceptibles y para desarrollar intervenciones que ayuden a evitar este tipo de situaciones", añaden. Además, teniendo en cuenta estos resultados, "los médicos que tratan a los niños obesos deberían considerar el posible acoso que pueden estar sufriendo, apostilla Lumeng.

sábado, 12 de febrero de 2011

Ficción sobre el bullying: "Conversación en la red"

José dijo (20:07):
·      Ye tío que wapa ha estado la clase de hoy, ¿eh?
Pedro dijo (20:08):
·      Ya ves, jaja, menuda paliza le hemos dado a culograsa.
José dijo (20:08):
·      Sí el tío aparte de gordo es mongolo, en vez de decir algo a los profes se calla, jaja.
Pedro dijo (20:08):
·      Sí, pero sabe que si dice algo le partimos la boca. Por cierto, la que te has perdido mientras estamos en clase de E.F.
José dijo (20:09):
·      ¿Qué ha pasado?
Pedro dijo (20:09):
·      Pues que estábamos haciendo el salto al potro, y Julián no podía pasar, ya sabes con el culazo que tiene… y nada el profe intentando ayudarle pero él no podía… menudas risas nos hemos echado toda la clase…
José dijo (20:10):
·      Jajaj, me imagino la situación, que pena que me tuviese que ir al médico y me perdiese esa clase…
Pedro dijo (20:10):
·      La verdad es que sí, además, al final en el vestuario he empezado a darle collejas y a decirle lo gordo que está. El resto de compañeros se han partido el culo de la risa.
José dijo (20:11):
·      Por cierto, ¿la foto de Julián sin camiseta que le hicimos el otro día la has subido ya?
Pedro dijo (20:11):
·      No tío, es que quiero hacer un montaje guapo… se me había ocurrido mediante el photoshop rodearlo de hamburguesas o bien junto a una ballena.
José dijo (20:11):
·      Jaja, mejor lo de las hamburguesas… verás cuando toda la clase vea la foto del culograsa en el tuenti, va a ser la caña.
Pedro dijo (20:09):
·      No te preocupes que mañana o pasado la subo… por cierto, estoy pensando en comprar una bomba fétida y tirársela el próximo día de clase, seguro que hasta puede que consigamos expulsarle.
José dijo (20:12):
·      Me parece buena idea, lo mejor será tirársela justo cuando suene la campana de inicio, así perderemos algo de clase, ¿no?
Pedro dijo (20:13):
·      Ok, pues la compraré. Me tengo que ir a cenar que mi madre es la cuarta vez que me grita para que vaya a cenar, ¡qué pesada que es!
José dijo (20:14):
·      Ok tío. Quedamos así. Ciao.

viernes, 11 de febrero de 2011

Ficción sobre el bullying: los padres de la víctima

Día 1. Entrevista y toma de contacto
Psicólogo: -Buenos días, hagan una pequeña presentación y el motivo de su visita.
Madre: -Hola, buenos días, somos Magdalena y Alejandro, los “papás” de Agustín. Nos ha costado mucho decidirnos por venir aquí, pero no encontrábamos otra solución.
Psicólogo: -¿Cómo es un día normal en la vida de Agustín?
Madre: -Pues… Agustín ya no es el que era. Se levanta temprano, desayuna y se va al colegio. Viene a casa a comer a mediodía y vuelve al colegio hasta que sale a las 5. Luego se encierra en su habitación y no hay forma de hacerlo salir.
Siempre le proponemos cosas para hacer, para que se divierta pero con nosotros no quiere.
Psicólogo: -¿Cómo describirían a Agustín?, ¿es un niño sociable o es un solitario?
Padre: -Agustín siempre ha sido un niño muy bueno, alegre,  siempre ha sacado buenas notas y ha tenido un comportamiento ejemplar, pero en los últimos meses ha cambiado mucho.  Ahora estamos muy preocupados.
Ya no quiere ir al colegio, no le invitan a los cumpleaños y siempre tiene problemas cuando se trata de realizar trabajos en grupo.
Amigos...la verdad es que no tiene muchos, yo creo que si no sale es porque no tiene con quién hacerlo.
Psicólogo: -¿Suele hacer alguna actividad extraescolar?, ¿o queda para hacer los deberes o jugar con algunos amigos?
Madre: -Agustín está gordito y por recomendación del pediatra siempre lo hemos querido apuntar para que hiciera algo de deporte y se relacionara con más niños de su edad, pero no hay manera, no le gusta y no le podemos obligar.
Padre: -El pobre está hundido, por ejemplo ahora en Educación Física están dando balonmano y  nunca lo quieren en ningún equipo, se ríen de cómo hace las fintas… y en clase lo excluyen, le hacen “el vacío”, incluso hay algún sinvergüenza que lo insulta. He ido al colegio y he hablado con algunos profesores, todos coinciden, me dicen  que Agustín tiene problemas de integración con los demás niños, y donde más se nota es con el deporte porque por sus cualidades él no es muy ágil ni  hábil, y por lo visto eso a más de uno le hace gracia.
Psicólogo: -¿Han tomado alguna medida? Han mencionado que Agustín está por encima de su peso ideal…
Madre: -Ya le hemos dicho que intentamos que haga deporte pero no le gusta, y hacer que un niño a su edad haga dieta es complicado pero sí que intentamos que se prive de ciertos alimentos.
Padre: -Como padre no sé qué hacer, estoy desorientado y me duele ver a mi hijo así, porque él no es mal niño. Él está sufriendo, y nosotros con él.
Psicólogo: -Como toma de contacto por hoy ha sido suficiente, voy a estudiar el caso de Agustín y el próximo lunes nos volvemos a ver.  Y no se preocupen, acudir al psicólogo en casos así no debería ser el último recurso, han hecho bien en venir e intentarles a ustedes y a su hijo.

jueves, 10 de febrero de 2011